La albahaca, como otras especias, es en fresco y recién recogida como mayor sabor y olor posee. Utilizando la albahaca en fresco ya mostramos en el blog nuestra ensalada caprese y la ensalada griega de pepino y yogur.
Sin embargo, no todo el año se puede disponer de esta planta en fresco, por lo que conviene secarla (colgándola unos días bocabajo) y guardarla en frascos herméticos de cristal para que conserve el mayor aroma posible.
En esta ocasión, hemos secado y conservado la albahaca verde de nuestro huerto en tres texturas:
- En hojas prácticamente enteras, para preparar infusiones: La infusión de albahaca es muy digestiva y tiene propiedades antiinflamatorias. Además, combinada con té, con mate o con cualquier otra hierba infusionable aporta un aroma inigualable.
- A medio triturar: Para aliñar cualquier tipo de ensalada. Una vinagreta con un poco de albahaca triturada gana mucho y realza los sabores y aromas de cualquier plato.
- Pulverizada completamente a modo de polvo fino: Para condimentar otros platos, guisos y salsas en los que no conviene que se note la textura de la albahaca. Así puede utilizarse para cualquier salsa de tomate, para sofritos, y evidentemente para la tradicional salsa pesto con aceite de oliva, ajos y piñones (cuando no disponemos de este producto fresco recién recolectado).
¿Te gusta condimentar tus platos con esta especia tan utilizada en la cocina italiana? ¿Cómo la sueles utilizar en tus recetas? Cualquier sugerencia que nos de nuevas ideas, siempre es bienvenida.